Si quieres conocer a un hombre… Dale poder.
Y es con ese poder y cobijados por el fuero, que hemos conocido a los peores tiranos durante nuestra historia moderna.
Sería inútil negar que en repetidas ocasiones y en diversos medios de comunicación nos hemos enterado de un sin fin de delitos, faltas u omisiones cometidos por funcionarios públicos; pero sólo pasa eso, nos enteramos.
Porque dichos funcionarios son protegidos por el fuero constitucional o político, pueden ser incluso sorprendidos en flagrancia y no pasa nada.
Yo me pregunto Compañeras y Compañeros, si esta inmunidad que otorga el fuero no es en realidad impunidad para delitos de cuello blanco cometidos por personajes que usan y abusan del poder en beneficio propio y de sus elegidos.
El fuero, que habiendo sido creado y plasmado en nuestra constitución con la noble finalidad de proteger la función pública, salvaguardándola en su autonomía e independencia de persecuciones políticas, ha caído en desprestigio.
Ha caído en manos abusivas que afectan directa o indirectamente a cientos, quizá miles de ciudadanos que terminan viendo mermado su patrimonio.
Creo que es necesario revisar cuidadosa y detalladamente la figura jurídica del fuero, porque son necesarias las reformas para agilizar el procedimiento del desafuero.
Es necesario poner límites a esa inmunidad que durante tantos años ha creado víctimas de injusticias sociales.
El país está gastando tiempo y dinero en mesas de diálogo y debates respecto a la reforma energética, también sería conveniente destinar una parte del presupuesto nacional a debatir y analizar los temas del fuero y el desafuero.
No debemos cerrar los ojos ante las injusticias, no debemos conformarnos con esa pequeña porción de ciudadanos en el poder que abusan de sus cargos y de los beneficios ilimitados que se les otorgan. ¡No permitamos injusticias sin castigo!.
No otorguemos nuestro voto de confianza a personajes que de manera recurrente abusan del poder.
Debemos estar en pro del ciudadano común, que tantas veces ha sido víctima de esos abusos.
Yo los exhorto, Compañeras y Compañeros a que no les hagamos el caldo gordo a esos funcionarios públicos de elección popular que saltan de un cargo a otro gozando perennemente del fuero, cometiendo delitos de cuello blanco y esperando con tranquilidad que esos delitos prescriban.
Ni un paso atrás…
¡Es por Veracruz…
Es por México!.
Y es con ese poder y cobijados por el fuero, que hemos conocido a los peores tiranos durante nuestra historia moderna.
Sería inútil negar que en repetidas ocasiones y en diversos medios de comunicación nos hemos enterado de un sin fin de delitos, faltas u omisiones cometidos por funcionarios públicos; pero sólo pasa eso, nos enteramos.
Porque dichos funcionarios son protegidos por el fuero constitucional o político, pueden ser incluso sorprendidos en flagrancia y no pasa nada.
Yo me pregunto Compañeras y Compañeros, si esta inmunidad que otorga el fuero no es en realidad impunidad para delitos de cuello blanco cometidos por personajes que usan y abusan del poder en beneficio propio y de sus elegidos.
El fuero, que habiendo sido creado y plasmado en nuestra constitución con la noble finalidad de proteger la función pública, salvaguardándola en su autonomía e independencia de persecuciones políticas, ha caído en desprestigio.
Ha caído en manos abusivas que afectan directa o indirectamente a cientos, quizá miles de ciudadanos que terminan viendo mermado su patrimonio.
Creo que es necesario revisar cuidadosa y detalladamente la figura jurídica del fuero, porque son necesarias las reformas para agilizar el procedimiento del desafuero.
Es necesario poner límites a esa inmunidad que durante tantos años ha creado víctimas de injusticias sociales.
El país está gastando tiempo y dinero en mesas de diálogo y debates respecto a la reforma energética, también sería conveniente destinar una parte del presupuesto nacional a debatir y analizar los temas del fuero y el desafuero.
No debemos cerrar los ojos ante las injusticias, no debemos conformarnos con esa pequeña porción de ciudadanos en el poder que abusan de sus cargos y de los beneficios ilimitados que se les otorgan. ¡No permitamos injusticias sin castigo!.
No otorguemos nuestro voto de confianza a personajes que de manera recurrente abusan del poder.
Debemos estar en pro del ciudadano común, que tantas veces ha sido víctima de esos abusos.
Yo los exhorto, Compañeras y Compañeros a que no les hagamos el caldo gordo a esos funcionarios públicos de elección popular que saltan de un cargo a otro gozando perennemente del fuero, cometiendo delitos de cuello blanco y esperando con tranquilidad que esos delitos prescriban.
Ni un paso atrás…
¡Es por Veracruz…
Es por México!.
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